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Nota (Diariolalibertad.com)

Hace exactamente 30 años el género vallenato recibió uno de los golpes más fuertes, la muerte del cantante Rafael José Orozco Maestre, el ídolo al que ni el paso de los años y mucho menos su ausencia física en los escenarios, han podido callar, pues sus canciones continúan retumbando en cada rincón 3 décadas después de su fallecimiento.

El artista nacido en el municipio de Becerril, Cesar, un 24 de marzo de 1945, fue asesinado la noche del 11 de junio de 1992 en la puerta de su residencia al norte de Barranquilla por un pistolero, hecho en el que recibió 9 impactos de bala en su cuerpo, las cuales apagaron su voz prolífica y carisma inigualable en el acto.

Orozco hizo parte de una de las agrupaciones más importantes en la historia del vallenato: el Binomio de Oro, en la que fue cofundador, voz líder y se hizo merecedor de varios Congos de Oro en el Festival de Orquestas del Carnaval de Barranquilla.

Fueron 17 éxitos realizados junto a Israel Romero, con quien creó una marca propia distinguida dentro del género musical que iba desde la forma de interpretar, hasta su puesta en escena. Gracias a su estilo romántico, el Binomio de Oro logró abrirse paso por distintos países de Latinoamérica.

Durante su trayectoria como artista, le grabó a varios compositores, entre los que se destacan Hernando Marín Lacouture, Lisandro Mesa, Sergio Moya Molina, Fernando Meneses, Héctor Zuleta Díaz, Roberto Calderón, Efrén Calderón, Alberto “Beto” Murgas, Israel Romero, Rafael Escalona Martínez y Octavio Daza.

Dentro de su legado musical, se encuentran grandes éxitos como ‘La creciente’, ‘’Solo para ti’, ‘Qué será de mi’, ‘El higuerón’, ‘Esa’, ‘El parrandón’, ‘Muere una flor’, ‘Dime pajarito’, ‘A ritmo de cha cu cha’, ‘Te seguiré queriendo’, ‘Tu dueño’, ‘No sé pedir perdón’, ‘Relicario de besos’, ‘Momentos de amor’ y ‘Nostalgia’, entre otras.