Carlos Vives: No Volvamos a matar a Bastidas.
26 junio, 2024

El empresario y artista samario Carlos Vives Restrepo, sorprendió a los más de 400 empresarios iberoamericanos que asisten a la séptima edición del Congreso del Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (CEAPI), con una magistral conferencia sobre la fundación de la ciudad.

La séptima edición del Congreso del Consejo Empresarial Alianza por Iberoamérica (CEAPI), bajo el título de ‘Creer, crear y crecer que reúne a 400 presidentes de compañías líderes y familias empresarias de América Latina y España, y personalidades institucionales de toda la Comunidad Iberoamericana, hubo un conferencista muy especial que llamó la atención acerca de nuestras raíces: el empresario y artista Carlos Vives Restrepo.

En una conferencia magistral, el artista samario se enfocó en nuestros orígenes y fue así como se sumergió en lo que fue la fundación de Santa Marta y el desarrollo que desde entonces tenemos.
Dijo Vives: De cómo el no conocer nuestra historia, el repetir como loros el relato antiespañol, ha creado en nosotros un problema de identidad que ha normalizado el discurso de odio contra todo lo que somos. Esto explica en gran parte una Hispanoamérica desunida y los problemas de una adolescencia que parece no terminar.
Luego agregó: Queremos juzgarnos hoy sin comprender que hace 500 años hubo un choque de dos edades, en el que se dieron historias difíciles y dolorosas. Sin embargo, parece que no estamos dispuestos a ver las historias más humanas y hermosas que nos pueden dar luz para entendernos y vivir unidos en la diversidad.´
Y fue contundente al manifestar:´Persistir con el discurso de odio contra nuestras identidades indígenas, africanas y españolas es demostrar y menospreciar nuestro mestizaje, al nuevo hombre de esta América, y al final, el verdadero “Dorado” que buscamos por siglos´.Vives recordó que ´hace 15 años me di a la tarea de escribir un guion para una obra de teatro sobre una historia que los samarios no conocíamos muy bien. Esa historia es precisamente nuestra historia, la de la fundación de la ciudad de Santa Marta; un sueño que nació en 1.504, pero que solo fue posible hasta el 29 de julio de 1.525. El increíble encuentro con una geografía alucinada y gentes mágicas por parte de una expedición al mando del sagaz navegante Juan de la Cosa, marcó para siempre los sueños de paz, la vida de sobresaltos y el trágico final del notario de Triana Don Rodrigo de Bastidas, quien recibiera de manos de su majestad Carlos I la firma de capitulaciones el 6 de noviembre de 1524, en Valladolid, para fundar nuestra Perla De La América en el actual caribe colombiano.Empecé a desentrañar la historia en las crónicas de Aguado, de Castellanos, de Pedro Simón, de Fernández de Oviedo, o en los libros de historia de Restrepo Tirado o José Alarcón. Me llamaba la atención el hecho de que Bastidas, desde muy temprano, se ganara la confianza del poderoso cacique de Bonda. Esto era una novedad para aquellos a quienes nos habían acostumbrado a que en nuestras historias la herencia hispana siempre se llevaba la peor parte y con ella nos ensañábamos extrañamente contra nosotros mismos, dejándonos en un callejón sin salida para nuestra propia identidad.
Entonces me emocionaba descubrir cada vez más episodios de Bastidas, este hombre que había descubierto el paraíso, que se enamoró de una cultura mágica y se enterneció con la inocencia de los Tayronas (cultura de la cual se desprendió por primera vez la voz de “El Dorado”). Y es que no le hemos hecho justicia a nuestras historias, o simplemente no hemos querido entender, como pensaba Enrique Caballero Escovar en su libro “América, una equivocación”. Tal vez es el momento de ponernos a la altura de nosotros mismos, entendiendo que somos el resultado del choque de dos edades de la humanidad y que a partir de eso nos corresponde reconstruirnos con todo lo que se desprende de un hecho histórico de tal magnitud, con sus luces y sus sombras´ relató en su intervención el samario Carlos Vives.
El empresario y artista colombiano manifestó que ´esta es una invitación a honrar la memoria de los hombres y mujeres que unieron sus destinos en América, a celebrar los 500 años de la fundación de Santa Marta, la ciudad del origen, el sueño de Rodrigo de Bastidas, de los caciques de Bonda, de Gaira y de Taganga. Es una invitación a reconocer nuestra herencia hispana en nuestra forma de ser y entender por qué somos como somos, de dónde viene nuestra pasión y temperamento. Como dice el profesor Álvaro Pablo Ortiz en su libro “España, de madre patria a madrastra”: es en lo temperamental donde se siente con más fuerza la herencia hispánica, mucho más que en muchos países americanos. El uso y el abuso de los adjetivos, las ganas de hablar, el sentido del humor, la propensión al cuento… La calidez de la que hace gala un madrileño es también la de un bogotano raizal… La terquedad, la franqueza, la valentía, el individualismo a ultranza, la capacidad de trabajo, el sentido de la palabra empeñada, propia de asturianos, navarros y aragoneses, que se puede seguir advirtiendo, y con orgullo, en los santandereanos, por ejemplo.
El ánimo festivo, gozón y con maravillosos dotes para el canto y el baile, unido a una sensualidad exacerbada tan entrañable a los andaluces es también caro a los vallunos y, en general, a toda la costa caribe. A la formidable Antioquia, por su parte, el sentido emprendedor y trabajador de los vascos se percibe en apellidos y actitudes y el talante judeo converso también ha marcado a este pueblo modélico. De la misma manera, estas formas de hispanidad se notan en otras regiones del país, incluidos, por supuesto, con su herencia gallega y judeo conversa al noble e inteligente pueblo nariñense; razón tenía entonces Camilo Torres y Tenorio cuando decía: “Tan españoles somos, como los descendientes de Don Pelayo”, afirmó.
Ante un auditorio repleto de empresarios iberoamericanos, Carlos Vives señaló también: ´Técnicamente hablando soy un hispanoamericano. Eso significa ser un hispano que unió su sangre y su destino con los pueblos americanos, que a pesar de tantas guerras y desavenencias, me siento orgulloso de compartir estas tierras con seres mágicos, como los Mamos de la Sierra Nevada, sabios y adivinos. Compartir las Ciénagas con hombres y mujeres anfibios al son de cumbias; con negros y negras de corazones dulces, de voces arrulladoras y sonrisas diáfanas que hacen cantar a las palmas de chonta. Este es el nuevo mundo que quiero que rescatemos, el de Bastidas y de Bonda, el de Mutis y de Caldas, el de Pombo y de Pelayo. La música es la que me ha mostrado todo lo que somos.
Y es que nuestra música nos reconoce a todos. Es una herencia de alegrías de todas partes, unas de España, unas de América, unas de África y demás culturas que se han unido en este Nuevo Mundo.
Por eso nació nuestra Fundación Tras La Perla, donde nos hemos propuesto trabajar en el desarrollo a partir de la identidad, devolver a la gente la fuerza nuestras raíces mezcladas, rescatar el orgullo por lo que somos y a partir de eso crear caminos de vida y prosperidad. Para superar muchos de los problemas que hoy nos aquejan es necesario articular muchas fuerzas y aliados, trabajar unidos. Pero, sobre todo, trabajar para una imagen poderosa de nosotros mismos. Es necesario conocer la historia para entender la gente que somos. Es necesario evitar que la cultura se nos degrade en las propias narices, hacer acupuntura en el territorio y sembrar esperanza en cada lugar para que este mundo pueda ser el Nuevo Mundo donde florece el paraíso. Eso es lo que buscamos en Tras La Perla. Los invito a conocer nuestros proyectos para que unamos fuerzas en esa dirección.
Estamos a tiempo para abrazarnos como una gran nación hispana que supere el tiempo y la distancia que nos han apartado, que habite en cada rincón del mundo donde se hable nuestra lengua. Vives remató con los apartes del gran poeta santafereño Rafael Pombo: Aspiremos a ser grandes.

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