Han pasado casi diez años desde que la UNESCO declaró al vallenato como Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad, gracias al impulso del periodista y folclorista Félix Carrillo Hinojosa. Sin embargo, el compromiso de preservar este legado sigue siendo una tarea pendiente. Las emisoras que antes vibraban solo con acordeón, caja y guacharaca hoy han cambiado de rumbo, y los grandes conciertos cada vez le dan menos espacio a nuestras raíces.
Pero hay artistas que no se rinden. Uno de ellos es Iván Villazón, un ícono de nuestra música, un hijo ilustre de Valledupar que no ha dejado apagar la llama del folclor. Con su estilo inconfundible, entrega total y profundo amor por la tradición, Villazón acaba de lanzar La Esencia, el Volumen 5 de su serie Juglares Legendarios. Un álbum hecho desde el corazón, donde le rinde tributo a las leyendas que lo inspiraron y nos recuerda por qué el vallenato es más que música: es historia, sentimiento y herencia.
La Esencia no es un disco comercial más. Es una obra que nos conecta con lo más puro del folclor, en la que Villazón interpreta canciones clásicas con su sello inconfundible, su voz afinada, su cadencia única y ese sabor que solo él sabe imprimirle al canto vallenato. Lo acompaña el maestro Ciro Meza, Rey Vallenato 2003, con ese toque clásico que heredó de juglares como Luis Enrique Martínez y Colacho Mendoza. En la caja, el inconfundible Alberto ‘El Coyote’ Castilla, y una nómina de músicos de lujo que completan esta joya grabada en marzo en Luifer Estudio, en Barranquilla.
Con La Esencia, Villazón no solo canta: educa, defiende y exalta el vallenato de verdad. Porque como él mismo lo ha demostrado durante toda su carrera, el folclor no es una moda: es una pasión que se lleva en el alma.
Sala de redacción VFM